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Difícilmente oirás a miembros de la iglesia decir que no desean que sus iglesias sean obedientes a la Gran Comisión. De hecho, es que los líderes digan todo lo contrario, que quieren un pastor que ayude a su iglesia a crecer.

‪Y la mayoría de los miembros desean que sus iglesias crezcan… hasta que el crecimiento les afecta. Es ahí donde se tornan desilusionados y se vuelven críticos.

‪Entonces, ¿qué es lo que tiene el crecimiento que afecta a algunos miembros de manera negativa? Permítanme sugerir siete razones.

  1. La pérdida de familiaridad. Cuando una iglesia crece, con el tiempo se convertirá en una iglesia diferente. Esta diferencia no será necesariamente buena ni mala, pero no será igual que hace algunos años. Ciertos miembros de la iglesia se afligen cuando ven a sus congregaciones cambiar. Extrañan los “buenos viejos tiempos”.
  2. Pérdida de recuerdos. Recientemente escuché una historia conmovedora de una señora cuya iglesia estaba quitando su anterior espacio de adoración para construir uno nuevo, para así estar mas cómodos con el crecimiento reciente. Ella y su marido se habían casado en ese antiguo lugar, y ella comprensiblemente estaba afligida por la pérdida del recordatorio físico de su boda.
  3. Pérdida de comodidad. El crecimiento puede significar que los lugares de estacionamiento cercanos estarán siempre ocupados. El crecimiento puede significar que el flujo de tráfico en el estacionamiento será más complicado. Miembros de la iglesia pueden sentir que sus comodidades se ven comprometidas por el crecimiento.
  4. Pérdida de poder. Gente nueva en la iglesia puede significar que las bases del poder se diluyen. El crecimiento puede resultar en nuevas personas de influencia en la iglesia. Puede que a algunos de los que antes influenciaban no les guste esto.
  5. Pérdida de intimidad percibida. Es una respuesta común: “Yo solía conocer a todo el mundo en esta iglesia. Ya no me siento tan cerca de los miembros como antes”. De hecho, el crecimiento puede significar que todos los miembros no se conocerán entre sí como lo hacían cuando la iglesia era más pequeña.
  6. Pérdida del estilo de adoración. Los nuevos miembros y asistentes pueden tener diferentes preferencias en cuanto al estilo de adoración. A menudo estos influyen en los líderes de la iglesia para hacer cambios, y los miembros actuales pueden resentir estos cambios. Incluso podrían llegar a comenzar las “guerras de adoración”.
  7. Pérdida de tiempo de adoración. El crecimiento de la iglesia puede causar que sea necesario agregar más servicios de adoración o cambiar los tiempos de los servicios de adoración actuales. Algunos miembros pueden sentirse frustrados porque han perdido “su” tiempo de adoración.

‪La obediencia a la Gran Comisión a menudo resulta en el crecimiento de la iglesia, pero el crecimiento de la iglesia no siempre es bien recibido por algunos de sus miembros. Algunos de estos miembros tendrán una actitud de que la iglesia está allí para servirlos a ellos y para atender a sus propias necesidades. Miembros saludables de la iglesia entienden que deben ser miembros caritativos y sacrificados del cuerpo de Cristo (1 Corintios 12). Ellos se regocijarán cuando más miembros se unan a la comunidad, y cuando más personas crean el evangelio y se vuelvan a Cristo.

‪¿Has experimentado el fenómeno de los miembros anti-crecimiento en tu iglesia? ¿Cómo se ha manifestado? Espero poder escuchar escuchar tu opinión.


Publicado originalmente para el blog de Thom S. Rainer. Traducido por Cristian Fernandez.
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