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En español, tenemos la gran bendición (y el gran problema, depende a quién le preguntes) de tener a la Real Academia de la Lengua Española. Cuando tengo una duda sobre algo relacionado a la ortografía, puedo siempre abrir una pestaña de Google y colocar “puntos después de las comillas RAE”. Listo, el punto va después de las comillas. Así lo dice la RAE, y por su influencia y su trascendencia y su calidad, a la hora de definir algo en español, podemos confiar en la RAE[1].

En esta semana, el conocido portal Buzzfeed lanzó un video viral llamado “I’m Christian, but I’m not…” (Soy cristiano, pero no soy…). Allí, 6 jóvenes se identifican como cristianos pero que no son homofóbicos, ni cerrados de mente, ni conservadores, ni ignorantes. A la pregunta de  “¿Qué son?”, algunos dos responden que son homosexuales, 3 que son feministas, y todos dejan claros que son tolerantes. Ante la pregunta “¿Qué quieres que las personas sepan sobre el cristianismo?”, responden que quieren que se sepa que no todos los cristianos estamos locos, que el cristianismo se trata de ser buenos prójimos y del amor, y que el cristianismo no arruina a la gente, sino que la gente arruina al cristianismo.

Yo aprecio lo que está haciendo Buzzfeed con su serie de “I’m… but I’m not”. Este es el tercero de este tipo (si vives en Estados Unidos, seguro te identificarás con este de “I’m Latino, but I’m not…”), y es el primero tratando con la religión. Pero a diferencia de otros videos, lo que los jóvenes profesan aquí no pudiera ser llamado cristianismo. Si para definir algo del español vamos a la RAE, cuando hablamos de cristianos debemos ir donde Cristo y su Palabra.

Los primeros cristianos

Es muy posible que sepas que la primera vez que se le refirió a los miembros de la Iglesia como cristianos fue en Antioquía (Hch. 11:26). Una lectura de este pasaje nos va a mostrar mucho de por qué se les llamó así:

“Los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que sobrevino después de la muerte de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, hablando la palabra a nadie, sino sólo a los Judíos… Pero había algunos de ellos… (que) hablaban también a los Griegos, predicando el evangelio… (y) La mano del Señor estaba con ellos, y gran número que creyó se convirtió al Señor. La noticia de esto llegó a oídos de la iglesia de Jerusalén y enviaron a Bernabé a Antioquía, el cual, cuando vino y vio la gracia de Dios, se regocijó y animaba a todos para que con corazón firme permanecieran fieles al Señor; porque era un hombre bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor… Y se reunieron con la iglesia por todo un año, y enseñaban a las multitudes; y a los discípulos se les llamó Cristianos por primera vez en Antioquía”, Hechos 11:19-26.

¿A quiénes se les llamó cristianos por primera vez? Según este texto:

  • A un grupo que prefirió salir huyendo de su nación por la persecución que negar su fe.
  • A un grupo que en un principio tenía ciertas confusiones en cuanto al evangelio (solo predicaban a su raza, los judíos), pero que luego le quedaría claro.
  • A un grupo que se atrevió a predicar a los griegos, a pesar de que la mayoría de la iglesia era judía.
  • A un grupo que causó tanto alboroto por su predicación que las noticias llegaron a cientos de kilómetros de distancia, en una época sin Twitter ni Instagram ni trenes ni aviones.
  • A un grupo con corazón firme que permanecía fiel al Señor.
  • A un grupo que tenía hombres buenos, llenos del Espíritu Santo y fe.
  • A un grupo que se reunía una y otra vez como iglesia y que enseñaba a las multitudes.

¿A quiénes se les llamó cristianos? A los discípulos. A los discípulos de Cristo se les dice cristianos. A aquel grupo de perseguidos, confundidos en algunas cosas, atrevidos en su predicación, que alborotan ciudades y familias, que permanecen fieles al Señor, con hombres buenos y llenos del Espíritu, reunidos en las iglesias y enseñando a las multitudes. A aquellos que aprueban de lo que Cristo aprueba, que se niegan a sí mismos, toman Su cruz, y le siguen. A los discípulos de Cristo se les llama cristianos.

Cristianismo cultural

Donald Grey Barnhouse, al describir cómo luciría una ciudad controlada por Satanás, especulaba lo siguiente:

“Todos los bares estarían cerrados, la pornografía sería desterrada, las calles pulcras estarían repletas de peatones sonrientes. No habrían grocerías. Los niños dirían “Sí, señor” y “no señora”, y las iglesias estarían llenas todos los domingos. Pero Cristo no sería predicado”.

No tengo forma de saber cuál es el estado eterno de los seis jóvenes que hablaron en aquel video. Por supuesto, un cristiano no puede encontrar su identidad en la homosexualidad, igual como no puede encontrarla en ningún otro pecado. Tampoco entiendo cómo un cristiano se define como “Feminista” (¿acaso estaría bien que alguien se gloríe en ser un machista?). Y contrario a lo que dicen en este video, ser cristiano sí es una locura para el mundo (1 Cor. 1:21; 2 Cor. 5:13). Solo puedo orar porque Dios les provea de pastores fieles que le guíen a mejor entendimiento de la gracia transformadora de Dios. Lo que este video sí evidencia es el cristianismo cultural alrededor nuestro. Una religiosidad que es suficiente para acallar momentáneamente nuestra conciencia colectiva. Que mira al lado y dice “gracias Dios porque no soy tan malo como aquel”. Que encuentra su identidad en “ser buenos” y “amar” al prójimo. Pero esa religiosidad no salva, y ese amor, si no está definido por la Palabra, tampoco es amor real. Una sociedad “tranquila”, una familia “buena”, una iglesia “exitosa”, una vida “ejemplar”, sin Cristo, es un paso más camino al infierno. No hay cristianismo sin Cristo, no conocemos a Cristo si no es por Su Palabra, y sin conocer a Cristo, no somos salvos.

Una mejor oración

Hay un detalle más que creo vale la pena resaltar de este video. Y este va directamente relacionado contigo y conmigo. Sin proponérselo, estos jóvenes nos están llamando la atención a nuestra tendencia de pensar que sí, que ahora sí, que nosotros ¡por fin! tenemos la razón. Como otros han dicho, aunque queramos pensar que somos como el publicano, muchas veces hacemos la oración del fariseo “Señor, gracias porque no soy como aquellos”. De hecho, aun mientras estaba escribiendo esto (y quizás tú mientras lo estabas leyendo) tenía que luchar con esta tendencia pecaminosa de considerarme superior a aquellos que están perdidos o en el error.

Ciertamente hay mucho que está mal en la iglesia de nuestros días. Hay mucho que tiene que cambiar. Y todos los errores que mencioné allí arriba siguen ahí, y son contrarios a lo que la Palabra enseña. Pero no hay una solución real en criticar lo que los otros están haciendo mal, ¿cierto? Unos dicen, “Yo soy cristiano, pero no como aquellos, con su locura y su fuego extraño y su ignorancia de la Palabra”. Otros dicen, “Yo soy cristiano, pero no como aquellos, con su intelectualismo y falta de amor por el prójimo y sin pasión por los perdidos”. Al pensar de esta manera, y sin darnos cuenta, puede que nos estemos escudando de nuestra necesidad de gracia. De nuestra necesidad de correr de nuestro pecado, diariamente, y correr en arrepentimiento hacia Cristo. Si hay una frase  que tú y yo podemos confesar en honestidad, creo que es esta: “Yo soy cristiano, pero no soy lo que debiera ser”.

Por eso, quiero cerrar aquí. Ante la pregunta “¿Qué significa ser cristiano?”, no te enfoques en el amor o en la humildad o ni siquiera en la santidad: enfócate en Cristo, y en Él crucificado. Más Cristo, menos peros.


[1] A veces tenemos nuestras diferencias, la RAE y yo. Me encantaba la tilde en “sólo” de solamente, y creo que debemos adoptar la “oxford comma” (Me gusta ir a la playa, y a la piscina, y a la iglesia).

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