×

J.I. Packer. El conocimiento del Dios Santo.

Ahí estaba yo, sentada en mi reunión de jóvenes como todos los viernes. Uno de mis amigos se me acercó a comentarme sobre algunos libros que impactaron su caminar cristiano. Entre todos los que mencionó, uno llamó mi atención de manera en particular y decidí ordenarlo. Interesantemente, en el transcurso en que lo esperaba decidí leer Gracia sobre gracia, y una y otra vez los autores comentaban de la importancia de aquel libro que estaba esperando.

Unos días después de empezar a leer el libro, inició un curso en mi iglesia titulado “La necesidad de la santidad y la misericordia de Dios”. Para mi sorpresa, gran parte de este estudio es sacado del mismo libro que me comentó mi amigo.

El conocimiento del Dios santo

El conocimiento del Dios santo

Vida. 400 pp.
Vida. 400 pp.

¿Qué tiene esto que ver con una reseña? Sucede que, la forma en la que llegué al libro es igual de importante que el libro en sí. Para un no creyente, estos acontecimientos serían puras casualidades, pero nosotros sabemos que eso no existe. Más bien, estas “Diosidencias” muestran la importancia de este gran libro. Por supuesto, me refiero a El conocimiento del Dios santo de J.I. Packer.

Oseas 4:6 nos enseña que “Mi pueblo es destruido por falta de conocimiento”. Esto no solo aplica a la falta de conocimiento de Su ley sino también a la falta de conocimiento de la persona de Dios. Dios nos dio Su Palabra para que le conociésemos, y es la principal forma de así hacerlo. Pero Él también dio sabiduría para que algunos hombres pudieran escribir sobre ese tema. Con más de un millón de copias vendidas solo en los Estados Unidos, El conocimiento del Dios Santo es considerado uno de los clásicos de la literatura cristiana, probando que J.I. Packer es uno de estos hombres dotados por Dios.

Cada capítulo de esta obra describe un atributo de Dios, lo que nos permite quedarnos meditando en las diversas características de nuestro Dios.

Su inmutabilidad. Todos sabemos que Dios no cambia, pero ¿qué significa eso para la vida del cristiano? Packer nos explica:

Jamás se vuelve menos veraz, menos misericordioso, menos justo, menos bueno de lo que una vez fue. El carácter de Dios es hoy, y lo será siempre, exactamente lo que fue en los tiempos bíblicos (100).

No solo su carácter no cambia: Su verdad no cambia, Sus propósitos no cambian, Su amor no cambia, Su fidelidad no cambia. Toda Su persona es eternamente inmutable, lo que nos lleva a confiar plenamente en Él.

Su verdad. Su Palabra es verdad. Dios se ha comunicado con nosotros a través de toda la historia, y el instrumento principal es mediante Su Palabra:

Dios, nuestro Hacedor, nos conoce antes que digamos nada; pero nosotros no podemos conocerlo Él a menos que se nos dé a conocer. Aquí, por lo tanto, tenemos una nueva razón de por qué Dios nos habla: no solo para movernos a hacer lo que Él quiere, sino para hacer posible que lo conozcamos a fin de que podamos amarlo (142).

Su amor. Es el atributo más conversado y  más mal entendido, tanto por los no creyentes como por los creyentes. Decimos con frecuencia que Dios es amor, pero olvidamos que Su amor, al igual que sus demás atributos, es santo. Tenemos que entender qué es realmente el amor de Dios de una manera bíblica:

El amor de Dios, como se refleja en la Biblia, jamás lo conduce a cometer acciones necias, impulsivas o inmorales, como ocurre con el amor humano…El amor de Dios es severo, porque es expresión de santidad en el que ama y procura la santidad de aquel que es amado (194;158).

Su ira. Packer llama la atención a que una de las cosas más notables sobre la Biblia es el vigor con que ambos Testamentos destacan la realidad y el terror de la ira de Dios. Una mirada a la concordancia nos revelará que en las Escrituras hay más referencias al enojo, al furor y la ira de Dios, que a su amor y su benevolencia (192).

Por esto Dios envió a Su Hijo, para librarnos de Su ira:

Entre nosotros los pecadores y las tormentosas nubes de la ira divina está ubicada la cruz del Señor Jesucristo (201).

¿Conoces tú a tu Dios?

¿Quieres saber qué tanto conoces a Dios? Revisa tu contentamiento, ya que la medida de nuestro contentamiento es uno de los elementos mediante el cual podemos juzgar si realmente conocemos a Dios (40). Dicho de otra manera: mientras menos gozo tengo, menos conozco a mi Dios.

Una vez que comprendemos que el propósito principal para el cual estamos aquí es el de conocer a Dios, la mayoría de los problemas de la vida encuentran solución por sí solos (43).

Lo que hace de El conocimiento del Dios santo un libro tan especial es la increíble capacidad que tiene de apuntar más allá de sí mismo; de levantar nuestros ojos de sus letras a nuestro Creador. Así, con el favor de Dios, podemos hacer nuestras las hermosas palabras de Jeremías:

No se gloríe el sabio de su sabiduría, ni se gloríe el poderoso de su poder, ni el rico se gloríe de su riqueza;  mas el que se gloríe, gloríese de esto: de que me entiende y me conoce, pues yo soy el Señor que hago misericordia, derecho y justicia en la tierra, porque en estas cosas me complazco —declara el Señor”, Jeremías 9:23-24.

 

CARGAR MÁS
Cargando